Representantes
(Valladolid, 1817 - Madrid, 1893)
Escritor español. Es el principal representante del romanticismo medievalizante
y legendario. En 1833 ingresó en la Universidad de Toledo como estudiante de
leyes, y en 1835 pasó a la Univerisdad de Valladolid. José Zorrilla publicó sus
primeros versos en el diario vallisoletano El
Artista. n Madrid, después de abandonar su carrera universitaria, alcanzó
fama tras leer unos versos suyos ante el cadáver de Larra (1837). Ocupó el cargo de éste en la redacción de El Español, donde publicó la
serie de poemas titulada Poesías (1837), primero de una serie de ocho
volúmenes que acabó en 1840. Su éxito poético se renovaría en 1852 con un poema
descriptivo, Granada, que
quedó inacabado. En 1839 se casó con Matilde O'Reilly, de la que enviudó muy
pronto.
Obras de Jose Zorrilla
Juan Tenorio
El protagonista de
esta obra es Don Juan Tenorio. Es una persona a la que se le pueden atribuir
las cualidades de romántico y lleno de emociones, pero también de mujeriego.
Este personaje sufre una gran evolución a lo largo de la obra. En un principio
se muestra como un hombre extraordinario, por encima de los demás que debido a
sus numerosas hazañas es poseedor de grandes riquezas y consigue fama de
franco, valiente y noble. En la segunda parte, cuando acaba con la vida de Don
Luis Mejía y Don Gonzalo, su reputación cambia totalmente para convertirse en
la de un ser cruel, provocador, peleador, seductor y jugador, que vive sin
respetar nada ni a nadie, ni siquiera la razón o la justicia, principios
básicos, ofendiendo y vendiendo mujeres y batiéndose en duelos con los hombres,
despreciando todo, incluso lo religioso, que en aquella época era de vital
importancia y respeto. Al final de la obra muere por amor, por el que le
profesa a doña Inés, él fallece a sus pies. Doña Inés es la única que ha
conseguido el respeto y admiración del protagonista. En la obra no se le
describe explícitamente, pero se puede deducir que es un hombre atractivo,
valiente, encantador, interesante, apasionado, expresivo, impulsivo,
enamoradizo, con un sutil poder de persuasión, pero también pícaro y bribón.
Hace que cada mujer a la que desea conquistar se sienta como una diosa y una
vez que la consigue la abandona para conquistar a otra.
La mujer negra o una antigua
capilla de templario
En tiempos del Príncipe Don Juan, ocurre en el pueblo
de Torquemada, donde existe una iglesia con misteriosas criptas que está
abandonada pero perteneció a los templarios. El ermitaño de Valdesalce, hombre con un semblante
angelical, su porte agradable y cariñoso. Llevaba una túnica de paño burdo
ceñida a la cintura con una correa. Vagaba sobre su espalda un cabello rizado y
negro y una barba negra crecía a su antojo dando a su rostro varonil un
carácter de majestad y nobleza que nunca desmintieron sus palabras ni hechos.
+ La mujer negra, una mujer de una figura interesante. Iba cubierta con un ropaje de seda negra que realzaba su cutis delicado y convenía con su semblante abatido y tenía ojos lánguidos.
+ La mujer negra, una mujer de una figura interesante. Iba cubierta con un ropaje de seda negra que realzaba su cutis delicado y convenía con su semblante abatido y tenía ojos lánguidos.

(Santiago de Compostela,
España, 1837-Padrón, id., 1885) Escritora española en lenguas castellana y
gallega. Perteneciente por línea materna a una familia noble, su adolescencia
estuvo dominada por una profunda crisis debida al descubrimiento de su condición
de hija ilegítima de un sacerdote, y por una delicada salud, que jamás mejoró. Su primer libro, La flor, se publicó en Madrid
en 1857 y recibió elogiosas críticas de Manuel Martínez Murguía, crítico
destacado del Renacimiento gallego, con quien Rosalía de Castro contrajo
matrimonio al año siguiente. Vivió en medio de constantes penurias económicas,
dedicada a su hogar y a sus hijos; la muerte de su madre y la de uno de sus
hijos fueron dos duros golpes para ella.
Obras de Rosalia de Castro
En las Orillas del Sar
Observamos en la obra que la poetisa
vuelve la mirada hacia sí misma realizando un análisis introspectivo de su
propio yo, un yo que se encuentra desesperanzado y lleno de tribulación, pues
ve que hay personas destinadas a sufrir sin remisión; se trata de los Tristes, ya presentes en
algunas obras anteriores pero es en En
las orillas del Sar donde se
muestra de forma más clara la persecución a la que se ven sometidos por parte
de la desgracia; les dedica a estos Tristes apasionados versos que turban el
ánimo del lector. El dolor y la desgracia que sufren le hace muy difícil a la
escritora comprender que exista un Dios misericordioso.
La
hija del mar
La hija del mar es una reflexión sobre el temperamento femenino. Se trata de un relato reivindicativo en el que dos mujeres defienden su «honra» en medio del acoso masculino con premoniciones feministas.
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