Miguel
de Cervantes (1547-1616)
Es considerado la máxima figura de la literatura española, y que se
encuentra entre el Renacimiento y el Barroco. Es conocido universalmente como
“Príncipe de los ingenios”.
El
insigne escritor, gloria de las letras españolas, nació el 29 de septiembre de
1547 en Alcalá de Henares (Madrid). Cuarto hijo del cirujano Rodrigo de Cervantes
y de Leonor de Cortinas. Cuando contaba 4 años de edad se trasladó con su
familia a Valladolid, ciudad donde estaba afincada la corte del rey de España,
Felipe II. En el año 1561 la corte fue trasladada a Madrid, en donde la familia
Cervantes se traslada también. Poco se sabe de los estudios que cursara Miguel
en su infancia y adolescencia, pero no parece que fueran los que hoy llamamos
universitarios. Se sabe que asistió a un colegio de jesuitas pero se ignora la
ciudad, aunque se sospecha que fue durante su estancia en Valladolid. Ya en
Madrid, parece ser que fue maestro suyo Juan López de Hoyos, destacado literato
de la época. Con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal
Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada Española y en 1571 participó
con heroísmo en la batalla de Lepanto, "la más grande ocasión que vieron
los siglos". En la batalla de Lepanto, que es donde comienza el declive
del poderío turco en el Mediterráneo, formaban el frente cristiano: la marina española;
el estado del Vaticano; y el estado de Venecia. Allí fue en donde Cervantes, a
consecuencia de un disparo de arcabuz recibido en el pecho y en el brazo
izquierdo, perdió gran parte de la movilidad de éste, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto.
Juan Boscán (1493-1542)
Nacido en el seno de una familia catalana de letrados y
mercaderes, sirvió en las cortes de Fernando el Católico y Carlos I desde 1514,
y fue preceptor del duque de Alba. En 1539 abandonó la corte y se estableció en
Barcelona, y ese mismo año contrajo matrimonio con Ana Girón de Rebolledo; su
casa se convirtió en un centro de tertulia literaria. A Juan Boscán se le debe la
introducción en la lírica castellana de la métrica y la versificación
italianas. La idea se la sugirió el embajador veneciano Andrés Navaggiero,
durante una conversación en Granada, y contó enseguida con la aprobación de Garcilaso de la Vega, amigo de
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